miércoles, 31 de octubre de 2012

las tablets asesinan por completo a los ebooks por calidad-funciones-precio



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Tras cinco años de crecimiento durante los cuales sus envíos aumentaron un 100 por ciento, al final del 2011 sufrió un bache cuando los ingresos mensuales bajaron un 91 por ciento en dos meses.
Los lectores electrónicos se beneficiaron en un principio de sus pantallas, ya que pueden leerse bajo la luz solar y requieren muy poca energía. Además, no resultan dañinas a la vista.
Pero el éxito del iPad de Apple, la mejora en las pantallas retroiluminadas, la tecnología de ahorro de energía y los 'tablets' más pequeños apuntan en otra dirección. Parece que el lector electrónico se ha convertido en una tecnología de transición.
Ahora las empresas de papel electrónico, como E Ink, luchan por dar con nuevas formas de vender su producto o en algunos casos lo abandonan por completo.
Un estudio reciente del Centro de Investigación de Pew reveló que menos de la mitad de los estadounidenses de más de 30 años que leen libros electrónicos lo hacen en un lector electrónico. La cifra cae a menos de un cuarto para los menores de 30 años.
Los analistas han rebajado sus previsiones para el sector, en ocasiones de forma drástica. ISH iSuppli predijo el diciembre pasado que en 2014 se venderían 43 millones de lectores electrónicos. Al revisar esas cifras el mes pasado, redujo la estimación en dos tercios.
En contraste, Morgan Stanley dobló sus predicciones en junio para despachos de 'tablets' en el 2013, calculando 216 millones frente a su previsión de 102 millones en febrero de 2011.
OTROS PRODUCTOS
Pero no todas las noticias son malas. Ha llegado al mercado una nueva generación de lectores electrónicos con luz frontal, que permiten leer en la oscuridad.
El Kindle Paperwhite se agotó rápidamente y, junto con el lector electrónico Kindle básico de 69 dólares, ocupan los puestos 2 y 3 de productos más vendidos en Amazon, en función de unidades vendidas. Amazon también ha lanzado sus Kindle en dos nuevos mercados de gran tamaño, India y Japón.
Pero E Ink no está apostando su futuro en que los consumidores compren más 'e-readers', sino en áreas como la educación o dispositivos como relojes, memorias USB o carteles en la vía pública.
Esa estrategia no acaba con todo el pesimismo de los analistas. E Ink no sólo se ha visto superada por la aparición del 'tablet', sino que también ha sido lento en innovar.
Aunque las pantallas de los últimos Kindle se refrescan más rápido que en modelos anteriores, los detractores dicen que siguen pareciendo algo antiguas respecto a pantallas de Apple o Samsung.
Por otra parte, E Ink dice que no se amilanará y que pretende jugar un papel más central en cualquier nueva industria en la que encuentre un hueco. "Para nuestros nuevos productos, no seremos sólo un proveedor de componentes", afirmó el presidente ejecutivo de la compañía, Scott Liu.
Sus posibilidades son limitadas, según Alva Taylor, que emplea a E Ink como ejemplo en sus clases en la Escuela de Negocios Tuck del Dartmouth College. "El porcentaje de éxito para empresas con una tecnología que buscan una solución es bastante bajo", señaló.

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